La soja nació hace más de 5000 años en China: cuenta la leyenda que fue descubierta por un emperador chino en sus cultivos de leguminosas. Fueron los monjes budistas quienes, en el siglo VII, introdujeron la soja en Japón, pero no fue hasta el siglo XVII, gracias a misioneros y marineros, que este nutritivo alimento se introdujo en Europa. Sin embargo, hasta el siglo XX no se empezó a popularizar el cultivo y consumo de soja en Europa.
¿Conocéis todas sus propiedades? ¡Ahora os las contamos!
Usos, propiedades y preparación
Cada vez son más las virtudes que se descubren del consumo de soja, y además es rica en aminoácidos y proteínas, lo cuál la convierte en una alternativa perfecta para veganos e intolerantes a la lactosa. Con 250 gramos de soja diarios obtendríamos el 30% de la cantidad recomendada de proteína al día. Algunas de la propiedades beneficiosas de la soja para nuestra salud son:
Rica en vitaminas y minerales
Destacan las del grupo B (B1,B2 y B5). Es la leguminosa que más minerales aporta, especialmente potasio y fósforo. También contiene vitaminas A y E, hierro, zinc y aminoácidos esenciales.
Rica en calcio
La soja aporta un alto contenido en calcio, elemento necesario para la protección de nuestros huesos, prevención de la osteoporosis, además de ayudar a controlar la presión arterial.
Fuente importante de lectina
Tiene una acción reguladora en los niveles de colesterol en la sangre, además de ser beneficiosa en la memoria y reforzar la acetilcolina, un componente básico en la alimentación de los enfermos de Alzheimer.
Sin lactosa
Puesto que no tiene lactosa, la leche de soja es ideal para veganos e intolerantes a la lactosa.
Protege el cuerpo contra diversas enfermedades
La soja contiene unas sustancias llamadas fitoestrógenos (isoflavonoides, fitosteroles, saponinas e inositol hexafosfato) que ejercen una acción protectora ante determinados cánceres como el de próstata o mama, además de ayudar a prevenir las enfermedades coronarias.
Ayuda a prevenir el colesterol
Gracias a la isoflavona genisteína, el consumo de soja ayuda a disminuir los triglicéridos, reducir el colesterol malo y mejorar la circulación aumentando la flexibilidad de las arterias, haciendo que la sangre fluya con mayor facilidad.
La soja se cultiva mayormente en Asia, Estados Unidos y el Oeste de África. En Europa, poco a poco se va expandiendo su cultivo, pero es Estados Unidos el encargado de generar la mitad de la producción mundial de soja. Se cultiva en semillas, sembrándose en primavera y recogiendo la cosecha en verano. Los granos de soja se adaptan a cualquier tipo de terreno y clima, aunque normalmente se desarrollan mejor en suelos de pH neutro.
Cómo consumir la soja
Por su larga tradición, la soja tiene una gran variedad de usos y elaboraciones:
En bebida
La leche de soja es perfecta para desayunos y meriendas: se puede tomar fría o caliente, y en diversos sabores.
En salsa
La conocida salsa de soja es utilizada como aliño en arroces y ensaladas, proporcionándoles un magnífico sabor.
En forma de granos
Perfecta para pastas o ensaladas.
Lectina de soja
Se vende en forma de polvo o cápsulas y se añade a bebidas y algunos platos.
Germinados de soja
Si el germinado es crudo conservará todas sus propiedades, pero si es cocido hay que tener cuidado y cocinarlo el tiempo justo para evitar la pérdida de nutrientes. Se pueden añadir a ensaladas y otros vegetales.
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La soja también se puede consumir como tempeh o tofu, eficaces sustitutos de la carne.