En los últimos años la proliferación de pequeños huertos ecológicos en edificios de grandes ciudades, obedece a la necesidad de muchos urbanitas por recuperar el contacto con la naturaleza y con los procesos básicos de la producción de alimentos. Pero, los huertos urbanos también suponen una vía de escape al estrés, generado por un modo de vida centrado en lograr resultados de una forma rápida.

Del mismo modo, los beneficios del huerto como terapia pueden extenderse a colectivos que presentan ciertas dificultades para desenvolverse e integrarse en la sociedad en mayor o menor medida.

Tal es el caso de personas de la tercera edad, discapacitados o personas en riesgo de exclusión social, para las que el trabajo en el huerto es una herramienta para mejorar tanto su estado físico como psíquico.

Precisamente por este motivo, la gran mayoría de huertos urbanos puestos en marcha desde instituciones municipales están dirigidos a este tipo de colectivos.


Tercera edad

En la actualidad, en las ciudades existe una gran proporción de personas que se criaron en un entorno rural, pero que emigraron y realizaron su vida laboral en una zona urbana e industrial. Estas personas de más de 65 años son ahora jubilados, por lo que poseen un interés y experiencia en la horticultura por su pasado, además de tiempo, que mal gestionado puede desembocar en un sedentarismo y un empeoramiento en su salud y calidad de vida.

navidad con los abuelos

La puesta en marcha de un huerto, ya sea colectivo en centros sociales o residencias, o individual, puede tener una influencia muy positiva en su día a día, en tanto que es una…

  • Responsabilidad, que obliga a adquirir hábitos que impliquen cierto ejercicio físico.
  • Tarea creativa, que favorece el trabajo mental y la autorrealización, además de ser un ejercicio de memoria, al tener que recordar los conocimientos adquiridos en el campo.
  • Forma de fomentar una alimentación saludable.

Discapacitados

El huerto es un recurso que parte de la capacidad de la persona y nunca de su deficiencia, adaptándose a su nivel de autonomía, habilidades físicas conservadas o grado de trastorno cognitivo.

El contacto con las plantas y la realización de actividades relacionadas con la agricultura, en este caso, tiene una doble función.

  • Función Terapéutica. Estimula la movilidad, la capacidad de atención y la voluntad por mejorar. Por otro lado, se favorecen hábitos alimentarios con el posterior uso de los productos del huerto.
  • Función como Orientación Laboral. En centros que se apuesta por la integración también en el ámbito laboral, es una herramienta para, además de adquirir conocimientos específicos de horticultura, fomentar la responsabilidad hacia la tarea y favorecer el trabajo autónomo.

Personas en riesgo de exclusión social

La exclusión social no entiende de edad, sexo o raza. Afecta por igual a jóvenes y adultos, hombres y mujeres, nacionales o inmigrantes, que por una razón u otra se ven fuera de las redes sociales convencionales (menores, drogodependientes, personas sin hogar, inmigrantes, mujeres en situación de vulnerabilidad y precariedad social).

Los objetivos que debe marcarse el trabajo en un huerto con este colectivo son:

  • Recuperación de la autoestima, ya que este colectivo se valora muy poco a consecuencia del rechazo social que padecen.
  • Mejora de las relaciones sociales, puesto que el trabajar en el huerto, en un espacio abierto, propicia entre sus usuarios, en el caso de que se trate de un huerto colectivo, la comunicación y el intercambio de experiencias personales.
  • Inserción laboral al recibir una formación específica.

Cada uno de los colectivos para los que el huerto puede resultar una tarea positiva para su desarrollo personal, como podemos comprobar tiene unas características y necesidades muy específicas.

Sin embargo, el huerto puede adaptarse al trabajo con cada uno de estos colectivos. Tan sólo es necesario conocer las opciones que existen (mesas de cultivo para trabajar en silla de ruedas, bancales elevados para no forzar la espalda, cultivos de fácil manejo, herramientas adaptadas,…) y tener un poco de imaginación para beneficiarnos nosotros y aquellos que nos rodean de las bondades del huerto.