Cansados de las grandes ciudades, Rubén Solsona (terapeuta, coach y autoconstructor), Patricia Cebada (arquitecta y formadora) y Mónica Cebada (arquitecta técnica) decidieron, cada uno por su lado, trasladarse al campo y construir sus propias casas con paja para vivir en armonía con la naturaleza. Encantados con la experiencia de este modo de vida tan sencillo y natural, Rubén, Patricia y Mónica fundaron en 2002 la organización sin ánimo de lucro Taller Karuna con el fin de compartir su visión de un mundo más sostenible y saludable.
Sus caminos se cruzaron con los de otras personas que también querían convivir con la naturaleza, y juntos formaron la ecoaldea Valle Pino Conde en Hoyo de Pinares (Ávila). Ha dejado de ser una ecoaldea de forma oficial, pero siguen viviendo en el mismo valle y con la misma filosofía.
Hemos hablado con Patricia Cebada para que nos explique mejor en qué consiste Taller Karuna, cómo se organizan sus habitantes y cómo es la vida lejos de la ciudad.
Pregunta. ¿Cuántas personas viven actualmente en este valle?
Respuesta. Somos alrededor de catorce adultos y cinco niñas, pero el número ha ido variando en estos años. A este valle fuimos llegando varias personas y ha habido varios proyectos. Seguimos cada una con nuestros proyectos, como Taller Karuna, viviendo y compartiendo algunos aspectos, sobre todo con las más interesadas en llevar una vida más comunitaria.
P. Para conseguir calefacción usan un muro trombe y dos placas solares. ¿Cómo funciona el muro trombe?
R. Este muro es un elemento muy interesante, sencillo y efectivo de la arquitectura solar pasiva, bioclimática. Se trata de un muro orientado al sur que acumula el calor del sol por el día y lo va soltando por la noche. Se pinta de negro y se pone detrás de un vidrio para aumentar la acumulación.
Después de haberlo estudiado en libros, sin haber visto ninguno directamente nos animamos a construirlo en nuestra casa de paja y ha sido algo sorprendente. De una forma tan sencilla tienes un radiador natural, totalmente ecológico y que trabaja solo.
P. ¿Utilizan el agua de lluvia para beber?
R. En este momento la usamos para la casa, para lavar y para regar el huerto, pero no estamos consumiéndola. Tenemos previsto hacer un destilador solar para poder beberla. Algunas personas de Taller Karuna sí consumen el agua de su pozo.
P. En 2008 pusieron en marcha el Centro Bioclimático de actividades de Taller Karuna. ¿Qué temas tratan en sus cursos y charlas?
R. Hablamos de Autoconstrucción con balas de paja, Bioconstrucción, Autosuficiencia y algunos otros temas de vida sostenible y ecológica, alimentación natural, alimentos silvestres y veganismo. También hemos estado haciendo talleres de yoga, meditación y, desde hace unos años, actividades relacionadas con la Educación consciente. Realizamos varios cursos al año para enseñar a hacer una casa de paja de forma sencilla, ecológica y eficaz.
P. ¿Por qué eligieron construir y vivir en una casa de paja?
R. Yo nunca me había planteado hacer mi casa con mis propias manos, había estudiado arquitectura y pensaba que diseñaría la casa de mis sueños pero que serían otros quienes la harían, no me veía capaz de levantar una pared. Sin embargo, al conocer la construcción con paja a través de un canadiense y de libros en inglés me lo planteé seriamente. Después fuimos a un encuentro internacional de construcción con paja en Dinamarca y ya estábamos haciendo los cimientos.
Me parecieron construcciones muy ecológicas, muy resistentes y totalmente naturales y orgánicas, eso me animó a decantarme por este sistema.
P. ¿Las casas de paja son resistentes frente a cualquier amenaza natural como la lluvia, el fuego o los terremotos?
R. Siempre que estén bien realizadas resisten perfectamente la lluvia. Las primeras viviendas de paja tienen más de cien años y algunas se siguen usando como viviendas, y eso que se han construido en países húmedos y fríos como Canadá o el norte de Europa.
Resisten el fuego mejor que otros materiales: en Alemania han pasado pruebas de resistencia al fuego por encima de 90 minutos. En cuanto a los terremotos, los soportan mejor que cualquier construcción rígida porque, al tener cierta flexibilidad, pueden soportar impactos de este tipo. Una construcción de hormigón no soporta el mínimo impacto por su rigidez.
P. ¿Podría explicarnos cuál es el proceso de construcción de una casa de paja?
R. Aunque hay varios sistemas de construcción con paja, se trata de usar las balas de paja como bloques constructivos, uniéndolos para que funcionen en conjunto. Se apoyan en unos cimientos en parte para proteger la casa de la humedad. Los muros se cubren con materiales naturales como un revoco de arcilla, cal, arena, o se revisten con madera u otros materiales naturales que transpiren.
En cuanto a la cubierta, nosotros recomendamos hacer una cubierta vegetal: queda más protegida, más aislada, es más ecológica y queda perfectamente integrada en el paisaje, y en el caso de construirla en suelo urbano aporta oxígeno a la ciudad.
P. ¿Cuánto tiempo se tarda de media en acabar una casa de paja?
R. Es algo muy variable, una casa de 50m2 puede llevar alrededor de cuatro meses. Pero cuando se trata de autoconstrucción puede variar mucho. Los muros de paja se levantan en muy poco tiempo, alrededor de dos y cinco días, sin embargo el resto de fases son mucho más lentas, sobre todo los remates.
P. Cuéntenos curiosidades de estas casas que no tengan las convencionales. Por ejemplo, ¿qué es la "ventana de la verdad"?
R. Se trata de un pequeño cristal que se coloca en el muro para dejarlo sin revocar, y de esta manera los escépticos pueden ver que realmente está construida con paja, un desecho de la agricultura.
Los muros son muy flexibles y dan pie a la creatividad, puedes excavar en ellos nichos con estantes que sobresalgan. Puedes poner botellas o garrafas de vidrio a modo de lucernarios, hacer muros curvos, poner ventanas redondas, trapezoidales, irregulares... Cuando alguien creativo empieza a descubrir la construcción con paja se le dispara la imaginación.
P. Las casas de paja se pueden comprar ya terminadas o construirlas personalmente. ¿Qué suele preferir la gente que contacta con Taller Karuna?
R. Hay una gran mayoría que quiere autoconstruir su casa de paja, unos porque quieren vivir el proceso de participar en la creación de su hogar, algunos porque no quieren intermediarios, algunos por el bajo costo económico.
P. ¿Cuál es la actual normativa referente a la bioconstrucción? ¿Piensa que se ponen muchas trabas o que por el contrario el proceso es más sencillo que para la construcción de una casa convencional?
R. El proceso es parecido al de otras construcciones, hay que realizar un proyecto y visarlo en el Colegio de Arquitectos. Requiere algo más de esfuerzo si no se ha hecho nunca porque hay que justificar una serie de aspectos que a lo mejor no se conocen, pero los pasos son los mismos.
En España en general se ponen muchas trabas para emprender cualquier proyecto, y con la construcción innovadora ocurre lo mismo.
P. ¿Por qué cree que el modelo de bioconstrucción en España no está muy extendido?
R. Mi opinión es que falta conciencia ecológica a mayor escala. Es lo que ocurre en otros campos, como la agricultura o la educación. En el caso de estas construcciones, no suponen un coste económico mayor por ser ecológicas. Además se está difundiendo bastante este tipo de construcción, por lo que está más al alcance del público. Tal vez poco a poco se extienda más esta forma de construir.
P. ¿Cuáles son las cosas que más llaman la atención a los visitantes los días de puertas abiertas?
R. A un gran número de personas le interesa la construcción con paja, muchas están interesadas en hacer su propia casa. También les fascina el sistema de filtrado para rodar con aceite vegetal usado en lugar de gasoil o sistemas bioclimáticos como los hornos y cocinas solares, las cocinas-cohete de alta eficiencia energética o el túnel canadiense. Este túnel es un tubo enterrado con una entrada en el exterior y una salida en el interior de la vivienda. Aprovecha la inercia térmica de la tierra, que a dos metros de profundidad mantiene la misma temperatura (16-18ºC) todo el año, así que refresca en verano y ayuda a mantener la temperatura más alta en invierno.
P. ¿Hay crisis también en las ecoaldeas?
R. En mi opinión las ecoaldeas son una solución a la crisis. Vivir de forma más autosuficiente va siendo cada vez más necesario; cuando tienes a tu alrededor los recursos es todo mucho más sencillo. Si además puedes apoyarte en un grupo de personas con interés en vivir de forma sostenible, mejoran mucho las perspectivas. Claro que, como nos hemos educado en el individualismo, vivir en comunidad requiere un trabajo personal importante que no siempre sabemos realizar.
P. Se dice que en el año 2050 la mayoría de personas vivirán en las grandes ciudades, y que de hecho habrá superpoblación. ¿Cree que la tendencia actual es vivir en la ciudad o en espacios naturales?
R. Creo que cada vez hay más personas buscando una vuelta a la vida más natural. El modelo urbano es insostenible y no le quedan muchos años, es lo que plantea el movimiento de transición. Tenemos que buscar formas alternativas para vivir en este planeta antes de que lo consumamos por completo.