¿Has oído hablar alguna vez de los “kleingarten”? Su traducción literal es “jardín pequeño” y es un movimiento que lleva más de doscientos años en funcionamiento en Alemania. En su momento aparecieron como un espacio que las clases bajas utilizaban para mejorar su alimentación, sin embargo, esto ha ido derivando y actualmente se utilizan como una manera de acercarse a la naturaleza y de disponer de un espacio para el cultivo y el ocio.
Estos jardines pequeños son en realidad pequeñas parcelas que se alquilan para que los ciudadanos puedan tener acceso a un pequeño espacio en el que cultivar. Detrás de ellos están los Ayuntamientos alemanes, que son los que generalmente, regentan los jardines y los alquilan. Además de disponer de un espacio en el que disfrutar de un jardín y tener un pequeño huerto, pueden construir una pequeña cabaña de unos 12m2. Estas cabañas no pueden utilizarse para pernoctar, sólo pueden utilizarse durante el día.
Si bien los “Kleingarten” son típicos de Alemania, también pueden encontrarse experiencias similares en otros países como Reino Unido (Allotment), Francia (Jardin Familiaux) o Finlandia (Siirtolapuutarha). En España, estos jardines particulares no los tenemos como tales, sin embargo, ya están apareciendo desde hace unos años, zonas urbanas destinadas al cultivo (se les conoce con el nombre de huertos urbanos).
Los huertos urbanos se entienden actualmente como movimientos sociales, culturales y sostenibles, que constituyen una manera diferente de ver el mundo, aprender y conocer gente con tus mismos intereses e inquietudes.
En definitiva, todas estas experiencias de huertos que surgen cada vez con más fuerza en todo el mundo, son un claro reflejo de la necesidad que tienen las sociedades urbanas de acercarse un poco más a la Naturaleza.