En 1978 Bill Mollison y David Holmgren definieron el concepto de Permacultura. El término proviene de la contracción de la palabra Permanente (en el sentido de sostenible) y Agricultura, entendiendo por tanto esta disciplina como un modelo de agricultura sostenble, que mejora el entorno en el que se desarrolla, cuidando la tierra y a las personas.

La Permacultura va más allá de la agricultura, ya que está basada en unos principios éticos sobre una forma de vivir, que busca trabajar con la Naturaleza y no contra ella, siendo su objetivo principal crear ecosistemas:

  • Ecológicamente sanos.
  • Económicamente viables.
  • Que satisfagan nuestras necesidades.
  • Que no utilicen nocivamente a las personas, la tierra o los recursos ni contaminen el medio ambiente.
  • Que sean sostenibles a largo plazo.

Los criterios de la Permacultura se pueden aplicar también en las ciudades, hablamos entonces de Permacultura urbana. En un ámbito urbano esta disciplina tiene un aspecto más social y ecológico, frente a la importancia que se le da a la autosuficiencia en los ámbitos más rurales.

La Permacultura urbana se plantea como una estrategia de acción ambiental capaz de provocar en la población una actitud mucho más participativa para la solución de los problemas ambientales que nos afectan.

Las ciudades, a diferencia de los sistemas que plantea la permacultura, requieren de una gran cantidad de entradas: energía, agua, alimentos... y generan una gran cantidad de contaminantes: aguas residuales, contaminación atmosférica, basuras...Por lo tanto, la permacultura urbana lo queaporta son soluciones para que cada ciudadano pueda mejorar su relación con el medio ambiente, a través de hábitos más sostenibles.

Se puede actuar a diferentes niveles:

  • Consumo: primando el producto local y de temporada o evitando los productos sobreempaquetados.
  • Movilidad: reduciendo y optimizando nuestra forma de movernos, utilizando los transportes públicos, la bicicleta, andar y minimzando los desplazamientos en coche particular.
  • Energía: mejorando el aislamiento térmico de nuestros hogares y la eficiencia en la iluminación, la calefacción o en la cocina.
  • Residuos: evitando el "usar y tirar", reparando, reutilizando y reciclando antes de desechar nuestros residuos.

En este sentido, una de las acciones más interesantes que como urbanitas podemos poner en práctica es la creación de "un rincón comestible" en nuestro hogar. Es decir un pequeño huerto urbano donde producir de forma ecológica algunos de los alimentos que consumimos, sirviendo además para la reutilización de algunos de los residuos de la cocina e incluso actuando como cubierta verde, permitiendo un ahorro de energía para la climatización del hogar.

El huerto de nuestra casa será también un lugar donde aprender de la Naturaleza, de biodiversidad, de educación ambiental para nuestros hijos, en definitiva un lugar que nos ayude a vivir mejor y nos convierta en ciudadanos más sostenibles.