1. Piscinas de agua salada: todo lo que debes saber

2. Cloradores salinos: cómo funcionan

3. Propiedades del agua

4. Mantenimiento del agua salada

5. Productos químicos para piscinas de agua salada

Piscinas de agua salada: todo lo que debes saber

Se acerca la época estival, y con ella comienza el calor. Para sofocarlo, lo ideal es tener a mano una buena playa de aguas cristalinas, pero esto no es siempre posible. Así que si no tienes al alcance de tu mano esa posibilidad, un chapuzón en una piscina siempre es una buena alternativa para combatir las altas temperaturas y pasar un rato agradable y relajado.

Si te encanta refrescarte, nadar y pasar tiempo dentro del agua, posiblemente habrás sufrido los efectos inevitables del cloro que se utiliza para desinfectar. Ojos irritados, así como la piel y el pelo seco son los más habituales. Además, si tienes tu propia piscina, seguro que también estás harto de almacenar y manejar grandes bidones de este producto, cuya manipulación lleva consigo ciertos riesgos.

Así que si este año te quieres ahorrar estas molestias sin renunciar a las ventajas de tener una piscina, te ofrecemos una solución perfecta para evitarlo: convierte la tuya en una de agua salada.

Cloradores salinos: cómo funcionan

Para transformar una piscina tradicional en una de agua salada sólo es necesario modificar el sistema de filtrado. La transformación la puede llevar a cabo un profesional, aunque si eres un manitas, existen diversas páginas web con videos explicativos donde se detallan los pasos a seguir y las herramientas necesarias para completar esta tarea.

Así si que si decides ponerte manos a la obra, lo primero que debes saber es que las piscinas de agua salada usan cloradores salinos, que son los dispositivos que, colocados en el sistema de depuración, generan cloro gaseoso mediante electrólisis partiendo del agua salada. Este cloro se disolverá automáticamente en el agua y la desinfectará.

Una vez que el agua pasa por los electrodos que incluye el clorador salino, se convertirá en hipoclorito sódico, que tiene la capacidad de desinfectar el agua, matando cualquier microorganismo nocivo que se encuentre en ella. Una vez que este proceso concluye, el compuesto químico se transforma de nuevo en sal, por lo que es inofensivo para la salud.cados en el sistema de depuración, generan cloro gaseoso mediante electrólisis partiendo del agua salada. Este cloro se disolverá automáticamente en el agua y la desinfectará.

Todo el proceso es completamente natural, por lo que es saludable y mucho más respetuoso con el Medioambiente que el método tradicional.

Para completar la instalación, deberás insertar los elementos del equipo de cloración salina en la tubería de retorno del sistema de depuración. Pero antes de empezar, es importante que te asegures de que tendrás espacio suficiente en ella para incluir los siguientes elementos:

  • Un regulador de PH
  • La célula de electrolisis
  • La sonda de PH
  • La sonda de temperatura
  • La inyección de ácido

Una vez instalado el sistema, asegúrate de que el agua de la piscina esté limpia y libre de algas. Cuando se den estas condiciones óptimas, comprueba la temperatura, y cuando esté a 15 grados centígrados, deberás añadir entre 4 y 6 kilogramos de sal por cada metro cúbico de agua. O lo que es lo mismo, unos 4 gramos y medio por litro de agua, aproximadamente.

Si te decides a realizar la transformación por tu cuenta, debes tener en cuenta que el tipo de sistema de cloración que tienes que elegir dependerá, básicamente, del volumen de agua que albergue tu piscina.

Según los expertos, el proceso es de dificultad media y el tiempo aproximado de instalación es de unas 3 horas, aunque esto dependerá, por supuesto, de la habilidad del instalador, y de la accesibilidad de la tubería de retorno, donde deberás instalar el sistema.

Propiedades del agua salada

Además de un considerable ahorro a la hora de comprar productos químicos y de limpieza, las piscinas de agua salada ofrecen una serie de beneficios que las tradicionales no aportan. Aquí te explicamos algunos de ellos:

  • Al no utilizar los productos químicos, las alergias e irritaciones, sobre todo en los ojos, se reducen notablemente. Además, el agua salada no estropea tanto el pelo, ni seca la piel como el cloro convencional.
  • Según algunos dermatólogos, para enfermos de cáncer que están recibiendo tratamientos con quimioterapia, el cloro es perjudicial, ya que, en esos momentos, la piel está especialmente sensible. Para estos pacientes es recomendable bañarse en piscinas de agua de salada mientras dure el tratamiento.

Mantenimiento del agua salada

Las piscinas de agua salada requieren unos cuidados mucho menos laboriosos. Su mantenimiento es notablemente más sencillo que el de las piscinas tradicionales.

Aún así, por supuesto necesitan algunos cuidados. Estos son los más importantes:

  • Controlar el nivel de sal en el agua. Será necesario añadir cierta cantidad de sal de vez en cuando, pero, en general, no es necesario hacerlo muy a menudo, ya que la sal no se evapora, por lo que la merma es mínima. Las principales pérdidas se originan al salir del agua, con la que llevamos adherida a nuestro cuerpo.
  • Controlar la temperatura del agua. Es imprescindible, ya que para que se produzca el hipoclorito sódico, es importante que el agua esté a 15 grados centígrados.
  • Controlar constantemente el PH: para ello se necesita un controlador automático, que te permite tener el nivel correcto sin necesidad de llevar un control diario. Si prefieres hacerlo manualmente, deberás realizar la comprobación todos los días. Debe situarse en valores cercanos a 7, ya que si es superior el desinfectante perderá efectividad y si es inferior, el electrodo del clorador salino se deteriorará fácilmente.
  • Conocer la cantidad de cloro gaseoso necesaria en cada momento. Esto se puede controlar de manera manual, en cuyo caso deberemos hacerlo también todos los días. También tienes la opción de hacerlo con la ayuda de una sonda ORP, que es la encargada de generar de manera automática dicha cantidad. Así, te evitarás tener que estar pendiente a diario.
  • Igual que en cualquier otra piscina, deberás mantener este modelo salado limpios de las hojas o insectos que se hayan acumulado en los skimmers. La frecuencia dependerá del lugar donde esté ubicada: si tiene árboles cerca o si suele hacer aire que arrastre suciedad, deberás limpiarla con más asiduidad.
  • También deberemos pasar el limpiafondos, al igual que en una tradicional.

Productos químicos para piscinas de agua salada

Las piscinas de agua salada no necesitan tanta cantidad de productos químicos para su correcto mantenimiento, aunque es conveniente usar algunos de ellos, de vez en cuando, para alargar así la vida de los componentes:

  • En primer lugar, es recomendable limpiar los electrodos de restos de cal y óxido, para asegurar su correcto funcionamiento. Con este fin, podemos usar un producto desincrustante fabricado expresamente para este cometido.
  • Por otra parte, existe un producto, muy recomendable, para proteger el cloro generado por electrólisis. Este protector de cloro, alarga la vida de la célula, ya que reduce la producción de esta sustancia.

Se pueden utilizar alguicidas o floculantes en el mantenimiento de una piscina de agua salada, pero no es necesario, por lo que no tiene ningún sentido que realices un gasto extraordinario e innecesario. Solo es aconsejable utilizarlos de manera excepcional o si observamos que el agua no está en condiciones óptimas.

Si ese es tu caso, toma nota de las dos alternativas que encontrarás en nuestra tienda online:

  • Tratamientos antialgas: sólo los usaremos si acabamos de llenar la piscina, y hasta que el cloridificador comience a hacer su trabajo. También podemos utilizarlos si observamos cierto color verdoso en las paredes de la piscina.
  • Floculantes: sirven para mantener el agua cristalina. En una piscina de agua salada no los vamos a necesitar habitualmente, pero si por alguna circunstancia observamos que el agua está turbia, son una buena alternativa.

Ya tienes todo lo necesario para disfrutar de tu piscina de agua salada. Ahora sólo te falta el bañador y… ¡al agua patos!

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